A lomos de un péndulo

Esto no es un libro.

Aquí tienes una invitación a subir conmigo a este péndulo, en el que nos columpiaremos entre tu primer beso y el último mío; vamos a danzar con todas nuestras historias hasta que sean la misma y las lunas que aquí me han traído sean de ahora en adelante tuyas también.

Las he contado aquí para que no se nos olviden, ni a ti ni a mí, los grandes y los pequeños amores, pues nos han brindado noches que no deberían morirse cuando cierran los bares; para que el sueño de libertad de las primeras letras nos acompañe en la primera arruga o en la primera cana y si algún día sin suerte se nos pegan los pies al suelo, podamos mirar estas páginas y recordar la promesa que nos hicimos: volar firme y besar alto.

Esto no es un libro, es una invitación. Esto es una promesa cumplida.